Romanos 8:28
Pablo describió en las páginas precedentes la acción de Dios en nosotros por medio del Espíritu. Su providencia, en realidad, abarca todos los acontecimientos de nuestra vida. Nada acontece en el mundo, en nuestra familia o en nuestra vida, simplemente por casualidad o porque así estaba escrito que iba a suceder.
Pablo describió en las páginas precedentes la acción de Dios en nosotros por medio del Espíritu. Su providencia, en realidad, abarca todos los acontecimientos de nuestra vida. Nada acontece en el mundo, en nuestra familia o en nuestra vida, simplemente por casualidad o porque así estaba escrito que iba a suceder. A los que de antemano conoció... Pablo destaca la atención permanente del Padre para con cada uno de nosotros. Dios nos conoce en Cristo desde el principio del mundo somos hijos conocidos antes de que naciéramos, y destinados también para ocupar un lugar único en la creación. Los llamó. Cualquiera que sea la manera de cómo conocimos a Cristo, Dios fue el que nos llamó a la fe. Los hizo justos y santos. Deberíamos traducir . Eso es mucho más que enrielar en el plano moral a personas que no andaban muy derechas, e incluso esa puesta en orden no nos garantiza que vamos a andar siempre derechos. Pero algo más profundo ha tenido lugar en nosotros, y es nuestra apertura al misterio de Dios. Algo se ha sembrado en el mundo, y ya durante nuestra vida o en algunos siglos después, aparecerá en la humanidad una nueva conciencia a raíz de esas innumerables puestas en orden, cuyos portadores somos.
También los predestinó. La palabra es impresionante. De ahí que algunos hayan concluido que no son realmente libres. Según ellos, los que han sido escogidos o rechazados por Dios están automáticamente salvados o condenados. Pero el texto no dice que algunos son elegidos para la salvación y que otros no serán salvados. Pablo dice únicamente que han sido elegidos para que conozcan a Cristo y reciban la salvación que El anunció, lo que no es igual a ir al cielo. El Reino de Dios se extiende más allá de la Iglesia. Si bien la mayoría de los hombres no conoce a Cristo ni el Evangelio, Dios sabe guiarlos y salvarlos el sacrificio de Cristo salva a todos los hombres. Pero aquí Pablo se dirige a los creyentes y les recuerda que su fe en Cristo les viene de un llamado de Dios. Por lo tanto, no se deben desanimar.
Véase también el comentario de 9,14. ¿Quién estará contra nosotros? Pablo piensa en el mal que nos rodea y que a menudo nos arrastra. Piensa en el día del juicio en que el , el espíritu del mal, nos va a recordar todas las faltas que hayamos cometido. Piensa en los remordimientos que perturban nuestra conciencia. Nada de todo eso es más fuerte que el amor y el perdón de Cristo. El creyente no debe, ni temer que se repitan sus faltas, ni dudar del amor de Dios, sino esforzarse en vivir según la verdad.
Pablo describió en las páginas precedentes la acción de Dios en nosotros por medio del Espíritu. Su providencia, en realidad, abarca todos los acontecimientos de nuestra vida. Nada acontece en el mundo, en nuestra familia o en nuestra vida, simplemente por casualidad o porque así estaba escrito que iba a suceder.
Pablo describió en las páginas precedentes la acción de Dios en nosotros por medio del Espíritu. Su providencia, en realidad, abarca todos los acontecimientos de nuestra vida. Nada acontece en el mundo, en nuestra familia o en nuestra vida, simplemente por casualidad o porque así estaba escrito que iba a suceder. A los que de antemano conoció... Pablo destaca la atención permanente del Padre para con cada uno de nosotros. Dios nos conoce en Cristo desde el principio del mundo somos hijos conocidos antes de que naciéramos, y destinados también para ocupar un lugar único en la creación. Los llamó. Cualquiera que sea la manera de cómo conocimos a Cristo, Dios fue el que nos llamó a la fe. Los hizo justos y santos. Deberíamos traducir . Eso es mucho más que enrielar en el plano moral a personas que no andaban muy derechas, e incluso esa puesta en orden no nos garantiza que vamos a andar siempre derechos. Pero algo más profundo ha tenido lugar en nosotros, y es nuestra apertura al misterio de Dios. Algo se ha sembrado en el mundo, y ya durante nuestra vida o en algunos siglos después, aparecerá en la humanidad una nueva conciencia a raíz de esas innumerables puestas en orden, cuyos portadores somos.
También los predestinó. La palabra es impresionante. De ahí que algunos hayan concluido que no son realmente libres. Según ellos, los que han sido escogidos o rechazados por Dios están automáticamente salvados o condenados. Pero el texto no dice que algunos son elegidos para la salvación y que otros no serán salvados. Pablo dice únicamente que han sido elegidos para que conozcan a Cristo y reciban la salvación que El anunció, lo que no es igual a ir al cielo. El Reino de Dios se extiende más allá de la Iglesia. Si bien la mayoría de los hombres no conoce a Cristo ni el Evangelio, Dios sabe guiarlos y salvarlos el sacrificio de Cristo salva a todos los hombres. Pero aquí Pablo se dirige a los creyentes y les recuerda que su fe en Cristo les viene de un llamado de Dios. Por lo tanto, no se deben desanimar.
Véase también el comentario de 9,14. ¿Quién estará contra nosotros? Pablo piensa en el mal que nos rodea y que a menudo nos arrastra. Piensa en el día del juicio en que el , el espíritu del mal, nos va a recordar todas las faltas que hayamos cometido. Piensa en los remordimientos que perturban nuestra conciencia. Nada de todo eso es más fuerte que el amor y el perdón de Cristo. El creyente no debe, ni temer que se repitan sus faltas, ni dudar del amor de Dios, sino esforzarse en vivir según la verdad.